miércoles, 20 de julio de 2016

Neuronas espejo y Enric Benito

Una de las cuestiones más interesantes en la defensa de la empatía como necesidad humana y como característica de los mamíferos, entre los que nosotros nos contamos, fue el descubrimiento a mediados de los años 90 del siglo pasado de las neuronas espejo por el investigador Rizzolatti y su equipo. Encontraron que los primates investigados reaccionaban a las acciones de otros congéneres y eso les incentivó para buscar cómo se producía esta percepción y descubrieron que tenía que ver el sistema visual.
Esas neuronas son las que permiten imitar a otros, aprender de lo que hacen (ningún cocodrilo enseña a otro a cazar...) y comprender sus emociones, reflejándolas en nosotros mismos.
Cuando cuidamos de otra persona pasamos por diversas etapas que se ven influidas por nuestra personalidad y nuestra percepción del otro. Así, algunas personas nos saturamos al principio, por el exceso de ansiedad y motivación, que nos lleva a cometer errores e incluso a desbordarnos.
Esa incapacidad inicial para situarnos tiene que ver con lo que Enric Benito denomina Sistema Interpersonal Gravitacional, a partir de una anécdota que puedes escuchar en el vídeo.
Se refiere al hecho de que a la hora de cuidar a otros tenemos que mantener la necesaria distancia para no vernos afectados en extremo, hasta el punto de caer en la simbiosis con el otro, ser devorado por su sentir. Cuando eso ocurre, se produce algo de lo que se denomina metafóricamente la locura a dos, que tiene que ver con el dicho "Dos que duermen en el mismo colchón amanecen de la misma opinión" y similares. El cuidador que no se cuida corre el riesgo de imbuirse de la persona dependiente, con lo que ya no funciona como cuidador sino como otra figura.
Un ejemplo que te puede ser utilidad, cuando una persona desea trabajar sobre algún síntoma que le hace sentir mal, cuando desea modificar algo, se lo cuenta a una amiga, en primer lugar. Y si le consuela lo suficiente, seguirá contando con esa persona cada vez que le ocurra algo, independientemente de la gravedad. El problema a la hora de cambiar será que a medida que estrechan la relación, las palabras que escucha de "su confesora" serán un bálsamo, un refuerzo esperado, caerán en un juego, en palabras de Eric Berne, con lo que la conversación será la misma una y otra vez.
Si lo que desea es cambiar de verdad, tendrá que asistir a otro lugar a consultar. Tendrá que hacerlo con personas que no se parezcan, que no le digan lo que desea, que no le lleven la corriente, sino que la animen a ver desde el otro lado, fuera de su zona de comodidad.
El tema de las ondas gravitacionales que propone Enric es interesante porque nos advierte de que como cuidadores hay que mantenerse en una órbita.

  • Empatía: Donde el cuidador se sitúa.
  • Símpatía; Donde el cuidador puede aproximarse
  • Simbiosis: Donde el cuidador puede caer si no aprende, si no se especializa, si no mantiene equilibrados los niveles de motivación /ansiedad y eficacia.
  • Antipatía: A donde nos lleva el malestar que nos provoca cuidar a alguien cuando los costes personales son muy elevados.

En el vídeo, Enric Benito habla de las ondas gravitacionales entre las personas y aunque no profundiza demasiado, conviene escuchar su enfoque, por cuanto que proviene de servicios médicos en oncología y en enfermos terminales, por lo que su visión del cuidado de otros es muy educativo y emocionante. pone en juego nuestras neuronas espejo y nuestra empatía.


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