miércoles, 10 de agosto de 2016

Cuidadores secundarios ¡Qué buena gente!

Cuidar de la persona que queremos y de la que nos encargamos supone invertir mucho más tiempo, la mayoría de las veces, que en el trabajo regulado de cualquier país occidental. Se acumulan los domingos, las tardes que pasamos con nuestro querido cuidado y los sobresaltos; al hospital, a urgencias, a... Para muchas personas el día a día se transforma en una simbiosis perfecta entre dos seres humanos, con el riesgo de diluir la personalidad y existencia de uno en el otro, sumergirnos, ser uno de dos en lugar de tan solo dos.

Si los cuidadores secundarios pueden hacer acto de presencia, conviene cuidadarlos para que no se resientan tras la visita. Como a la mayoría de nosotros, las cosas que les gusta hacer no coinciden plenamente con lo que deseamos que hagan por la persona que cuidamos. Suelen tener sus propias motivaciones, hacen las cosas por sus razones, no por las nuestras. Así que puede interesarnos (el interés es un principio de funcionamiento social muy válido, de hecho es el que nos hace progresar; somos egoístas por exigencia del guión natural, el altruismo lo encontramos como fórmula para ayudarnos a seguir siendo egoístas, a vivir, en definitiva. Otro día lo discutimos, :-D) que hagan cosas de las que les gustan: Si desean hacer el plato predilecto de papá o de mamá o de la tita, que lo hagan; si desean lavar algo, que lo hagan; si prefieren... que lo hagan.

El cuidador principal no está en condiciones de exigir que actúen como él, al igual que el jugador profesional de un deporte tampoco gana algo exigiéndole al canterano que juegue como si valiera unos millones de euros. Conviene ponderar y atemperar. Así que el cuidador que nos desee ayudar, bienvenido sea; que inicie la actividad con lo que le apetece, que se sienta cómodo con nosotros, con su querido familiar, que haga tiempo, que lo invierta. Quizás pueda ayudarnos para alguna otra cosa en otro momento que lo necesitemos.

Lalo, con 21 años en la actualidad, se vuelve a encontrar con su abuelo, al que no ve desde los 6 años.
A Lalo le encanta las maquinillas tradicionales, las navajas de afeitar y pese a ser norteamericano, sus genes no le han premiado aún con una tupida barba. El tiempo le ayudará, porque Lalo es un buen tipo. Así que aprovechó para dejar a su querido abuelo como si se tratara de salir de fiesta. Quién sabe, igual el hombre, sabiéndose tan bien arreglado tras el afeitado, se levantó y salió a bailar, a revivir alguna de las experiencias que marcaran su vida y la de las personas que la compartieron con él. Bonito momento.

Aprovecha lo que puedan hacer por vosotros los secundarios. La película siempre les necesita.







Para los curiosos, el afeitado, tal y como nos lo comparte Lalo:

SOTD for Grandpa! 86 years old and not a single knick or weeper! 
Haven't seen him since I was 6 years old (21 now)
Brush: Semogue 1250 Boar Brush
Cream: C.O.Bigelow Shave Cream
Razor: Merkur 34c 
Blade: Personna Comfort Coated Super
Aftershave: Soap Commander Renewal

Si quieres compartir tu foto con nosotros. No, afeitando, no. Hay que saber mucho de afeitar para usar una como esa. Una foto que te haga sentir bien y a nosotros también. Eso, me la mandas al correo, con las instrucciones que quieras, que las cumpliré, por supuesto. Gracias.






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